Valentina Pivati es la ex amante de Hombres y Mujeres , hoy una influyente, que hace unos días terminó en todos los sitios de chismes para una desgracia especial.
De hecho, la niña, que se iba de vacaciones a Sicilia, había propuesto a un restaurante en Mazzara del Vallo que hiciera lo que, por lo general, se llama para hacer una influencia. Pivati había escrito un correo electrónico preguntando si el lugar estaba interesado en la visibilidad que podía ofrecer en su perfil de Instagram (con una audiencia de casi 180, 000 seguidores) a cambio, por supuesto, de una experiencia en el restaurante que, siendo un restaurante, habría resultado en una cena. El restaurador, además de hacerse reír (imaginamos), un poco alejado, tal vez, de los mecanismos de la publicidad moderna, ha considerado conveniente publicar ese correo privado en su página de Facebook, comentando con la frase sarcástica: "La nueva forma de tomar unas vacaciones gratis ".
Inmediatamente se activó la picota de los medios, la publicación del restaurante, luego eliminada, había ganado 10, 000 visitas en unas pocas horas y rebotó en toda la web. Valentina Pivati, en el espacio de medio día, fue etiquetada de toda Italia como 'la scroccona' o, para decirlo en palabras del restaurador, la que aspira a convertirse en 'vacaciones gratis'.
Hoy el influencer rompe el silencio y le cuenta la historia en una entrevista con Corriere della Sera. "Parecía que estaba pidiendo limosna: nada más absurdo", Valentina Pivati se defiende así, explicando que el trabajo de influencer todavía es poco conocido y a veces se mira con recelo: "El punto es que, a menudo, hay confusión : este tipo de visibilidad aún no está bien codificado. No soy del tipo que hace que las vacaciones sean gratuitas a cambio de algunas fotos en las redes sociales ".
De hecho, los ex pretendientes de Hombres y Mujeres nos dicen que usemos su visibilidad en las redes sociales, preferiblemente para proyectos más complejos, que van más allá de un solo evento contado en un par de historias. Ciertamente, el mundo de los influencers en Italia todavía no está muy regulado y, para alguien que realmente aspira a convertirse en "vacaciones gratis ", aquellos que, con esta actividad, buscan una forma alternativa pueden ir allí. Valentina Pivati, por ejemplo, trabaja en un supermercado, tiene un salario fijo con el que, si lo desea, puede pagar varias cenas y sueña con lanzar su propia marca de ropa. Su segunda actividad social le sirve sobre todo para intentar abrir el camino a proyectos interesantes. Ser emprendedor y buscar activamente nuevas colaboraciones es parte de las habilidades de este nuevo 'trabajo', y no puede ser una razón para sufrir una picota mediática por parte de aquellos que todavía están (legítimamente) desinteresados en estos mecanismos.