Hay amores que no hacen latir el corazón (suficiente), hay amigos que no son dignos de ser considerados así, hay experiencias que no son para nosotros . Todas las cosas muy normales, siempre que aprendas mal.

Porque no hay nada más deprimente que encontrarse viviendo una vida que no se parece en lo más mínimo al deseado, rodeado de personas que no nos entienden, nos maltratan, nos ignoran, que no comparten nada con nosotros. No es fácil mover a las personas de un día para otro, a menudo lleva años darse cuenta de que es esencial cambiar de dirección. Y después de haberlo entendido, ir a trabajar es una tarea aún más ardua.

Pero elegir con cuidado a las personas que queremos tener en nuestras vidas ya es un primer paso. Para hacer esto, es necesario aprender a escuchar la intuición, que antes que nada puede reconocer quién es compatible y quién no. Sin embargo, dado que todo comienza con nosotros, es esencial acostumbrarse a vivir la vida desde una perspectiva diferente, dejando ir no solo amores y amigos incompatibles, sino también pensamientos y hábitos excesivamente negativos que no están sintonizados con su propia longitud de onda.

Si estás acostumbrado a comer carne, pero es una vida en la que te gustaría convertirte en vegetariano, y no lo hagas por una multitud de excusas y razones, comienza, en lugar de posponer. Si quieres tomar un descanso de la agitada vida cotidiana, hazlo en lugar de quejarte. Esperar el día correcto para comenzar a vivir como nos gustaría es inútil porque ese día tal vez nunca llegue. ¡Depende de nosotros cambiar las cosas, simplemente haciendo!

En este proceso no hay lugar para los juicios de otras personas, porque nuestra vida nos pertenece, y si lo concedemos, el condicionamiento externo puede convertirse en cárceles. Deberíamos aprender a dejarnos llevar, a seguir al menos ocasionalmente el impulso y nuestra voz, independientemente de lo que supongamos que piensen los demás. No hay mejor manera de liberarse y encontrar serenidad, aunque puede ser un poco difícil al principio.

Finalmente, debemos tener en cuenta, todos los días, que realmente podemos ser creadores de nuestro destino, al menos en parte, pero debemos encontrar el coraje para ir más allá de las limitaciones y tomar nuestro propio camino.

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