Cuando nace un bebé, mamá y papá tienden a acariciarlo mucho. Cuando llora, cuando está bien: en cualquier momento del día. Hoy, para "certificar" la bondad de ese gesto, llega la ciencia.

Un estudio realizado por la Universidad de Oxford y la Universidad John Moores de Liverpool ha demostrado que una caricia suave reduce la sensación de dolor que experimenta un recién nacido o un niño, comenzando con cólico, muy frecuente en los primeros tres meses de vida. - y hasta la molestia causada por el tictac de un diente. Para llegar a esta conclusión, los académicos han analizado la actividad cerebral de 32 pacientes pequeños, sometidos a análisis de sangre simples.

El 50% de los niños habían sido acariciados antes de la operación. Y el experimento mostró que, sometidos a suaves caricias, los pequeños registraron una actividad cerebral vinculada al dolor un 40% más baja que la registrada por aquellos que, por otro lado, no habían tenido las caricias. Para medirlo, se utilizaron indicadores sanguíneos específicos. Como explicó la autora del estudio, Rebeccah Slater, el tacto parece tener una acción analgésica, sin efectos secundarios . Incluso hay una "velocidad de caricia" recomendada: tres centímetros de piel por segundo, para aliviar el dolor. Incluso, según aseguran los expertos, cada padre acaricia a su hijo intuitivamente . Y es suyo, la velocidad óptima.

Hay, por supuesto, también una implicación futura de este estudio. El objetivo de los académicos es, de hecho, profundizar las bases neurobiológicas de técnicas como el masaje infantil, para poder dar consejos útiles a mamá y papá sobre cómo consolar al niño que sufre. Al acariciarlo a una velocidad óptima, las neuronas sensoriales táctiles en C se activan en la piel, lo que, como ya lo ha demostrado la ciencia, guía el dolor incluso en adultos.

Por lo tanto, aquí se explica por qué el contrato entre la piel de la madre (o el padre) y la piel del recién nacido, especialmente si nace prematuramente, hace tanto bien: no solo se fortalece el vínculo entre padres e hijos, sino que también se atenúa el posible dolor que la última prueba Y la caricia se convierte en un gesto especial, lleno de amor. El amor que solo un padre puede experimentar.

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