Jaqueline Ransy, de 89 años, participó en su quincuagésimo cruce del lago Viverone, nadando durante 4 kilómetros.

Una historia que es increíble y que enseña que la fuerza de voluntad es realmente todo. Jacqueline participó, probablemente por última vez, en cruzar el lago de Viverone, una iniciativa que lanzó en 1969.

La mujer, de origen belga, vive en el lago Biellese, el tercero más grande de Piamonte, y este año ha decidido participar una vez más en ese evento que ella misma lanzó junto con su hijo Didier Xhaet.

El evento es patrocinado por el Club Lac et Soleil y Asd Lago di Viverone, muchas personas participan en el evento cada año.

En esta ocasión, Ransy viajó 4 km en poco más de una hora y media. Al llegar a la meta, admitió que no había estado particularmente cansada.

Para apoyar a la mujer, parientes y amigos cercanos. Muchos también han venido de Bélgica, su país original, para celebrar el desafío del cruce que Jaqueline ha decidido enfrentar.

Una participación esta, que ya es una victoria, dada la edad de la mujer que se enfrentó al cruce sin dudarlo.

Además, como admitió Ransy, ha estado entrenando durante años, casi todos los días, alternando el gimnasio con la natación. Sin embargo, la verdadera fortaleza proviene de quienes te rodean y te apoya en estas elecciones, a veces incluso arriesgadas, como algunos pensarían.

Aunque, consciente del compromiso físico que tal competencia requiere, la mujer belga afirmó que este fue su último cruce.

La pasión por la natación, sin embargo, lo acompañará por el resto de su vida.

Una historia hermosa y emocionante, para tomar como ejemplo. Jaqueline, su ingenio y tenacidad, nos enseñan que ningún límite, físico o mental, puede contrarrestar la fuerza de voluntad: querer es poder, nunca lo olvidemos.

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