El regreso a la escuela es un momento delicado, no solo para los niños, sino también para los padres, que enfrentan nuevas ansiedades y problemas.

Primero, el regreso a la escuela debe prepararse a tiempo. No podemos esperar que nuestros hijos, después de meses de vacaciones lejos de los escritorios, estén listos para volver a estudiar. Por lo tanto, unas semanas antes, siempre es mejor comenzar a introducir cambios. Programe la alarma unas horas, haciendo que la hora del despertar coincida con la habitual durante todo el año. Por un tiempo, intente también evaluar las tareas para las vacaciones: preparar una revisión rápida y evaluar si se han realizado todas. De esta manera, los niños no tendrán que enfrentar el estudio en los días previos al regreso, alimentando ansiedades y miedos.

El primer día de secundaria, primaria o secundaria es un momento difícil para los niños, que tienen que lidiar con el miedo a no lograrlo, la ansiedad de socializar con los nuevos compañeros y la de enfrentarse a los profesores. También en este caso el papel de los padres es fundamental. Evite presionar y siempre trate de describir la escuela como un lugar positivo, donde los estudiantes tengan la oportunidad de crecer, madurar y aprender cosas nuevas que serán útiles en el futuro.

Por la misma razón, celebre el primer día de clases . Solo un regalo, una cena juntos o una concesión: es un ritual importante para indicar que algo ha cambiado (para mejor) y que está orgulloso de sus hijos. No olvide, de inmediato, establecer una buena relación con los maestros. Discuta con los profesores, considerándolos siempre aliados y nunca antagonistas para ayudar a los niños a enfrentar sus compromisos escolares.

Finalmente, trate de dialogar con los niños, tratando de comprender con suavidad y sin insistencia, cómo viven de regreso a la escuela, cuáles son sus miedos, ansiedades y expectativas. Solo de esta manera podrá ayudarlos de la manera correcta y hacer que el regreso a la escuela sea un momento agradable para compartir.

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