La sociedad occidental se acerca cada vez más a la pedagogía natural, incluida la enseñanza en las horas escolares de cómo reconocer las plantas o aprender a cultivar un jardín. Una visión que desplaza la óptica, desde la clase cerrada y estrecha, hacia el exterior: agriasilo y agrinido son dos testimonios de este deseo de aprender directamente de la naturaleza y de todo lo que nos une a ella. Estas escuelas tienen como objetivo educar aprovechando las enseñanzas que nos llegan de la vida cotidiana al aire libre .

En estas escuelas, las horas de juego y actividad se dedican al cultivo de plantas aromáticas y en el jardín de infantes también se alienta a los niños a preparar alimentos, a usar especias de diferentes países y a realizar juegos educativos. De esta manera, aprenden a través de las diferentes actividades y no aprenden de memoria las indicaciones de los maestros o las nociones estériles y vacías . Los juegos en sí son originales, preparados con materiales pobres y a menudo ensamblados directamente por niños, en actividades prácticas que ayudan a formar las principales actividades motoras y de coordinación.

Agriasilo y agrinido no significa solo esto, muchas de las estructuras de este tipo tienden a prestar una mayor atención a la ecología, lo que lleva a los niños a respetar más el medio ambiente y el ecosistema . Así también las infraestructuras están en armonía con la naturaleza, con telas y materiales naturales o reciclables, juguetes no estructurados y, a menudo, de producción propia, utilizando objetos en madera o tela suave. No se trata simplemente de una moda, sino de un cambio de tendencia real, que además de las nociones tiende a enseñar a los niños también los conocimientos, realizando algunas actividades muy simples, como sembrar o desmalezar la tierra.

En los puestos de verduras cuando sea posible los bancos se mueven al aire libre, para que pueda tener más contacto con la naturaleza al aire libre y poder implementar actividades completamente originales, como la cría de pequeños animales. Por lo tanto, no se trata simplemente de insertar un pequeño huerto en las guarderías, sino de modificar por completo el diseño general de los cursos escolares. Los niños que pueden aprovechar estas estructuras tienden a desarrollar mejor su potencial y a sacar muchas cosas de la vida cotidiana, volviéndose más autónomos y listos para enfrentar el mundo.

Categoría: