Nuestras madres lo llamaron fard: el rubor es un producto muy conocido y ampliamente utilizado hoy en día, perfecto para mejorar el cutis y lucir saludable y fresco. Al aplicarlo, sin embargo, es fácil caer en un paso falso. Descubra cuáles son los tres errores más comunes y cómo evitarlos.

1 Errores con el rubor: usar demasiado

Ya sea que use un rubor en polvo, crema o gel, si tiene una mano demasiado pesada, corre el riesgo de encontrarse con el efecto de máscara. Nada peor, dado que las exageraciones generalmente solo funcionan bien en las pasarelas. Para evitar este error, aplique poco producto a la vez en varias ocasiones, para que pueda intensificar el color al gusto, pero pare a tiempo. Si tienes la piel clara, elige un rosa claro o un melocotón, para obtener un resultado natural. Si tienes piel de olivo, prueba un rubor con tonos bronce, mientras que si tienes piel oscura para ti, incluso los más fuertes como cereza o ciruela son adecuados.

2 Errores con rubor: no lo apliques bien

Si aplicas un toque de rubor en tus mejillas, te arriesgas al efecto "Heidy en las montañas". Si usa un rubor en polvo, aplíquelo con un cepillo pequeño : comience desde la parte superior de los pómulos y descolórese hacia las orejas con movimientos circulares, y recuerde limpiar el cepillo regularmente. Si usa un rubor en crema, use una esponja o los dedos, golpeando suavemente.

3 errores con el rubor: use uno que sea demasiado brillante

Si usa un rubor que es demasiado brillante, especialmente durante el día, existe el riesgo de que el brillo no se distribuya uniformemente, creando un efecto de "distracción" no muy agradable. Además, los brillos pueden ser difíciles de eliminar y pueden irritar la piel más sensible. Para evitar este daño, use un rubor en crema o gel con un efecto iluminador, pero con un acabado natural, sin brillo visible, y aplíquelo con los dedos.

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