Los gatos, al contrario de lo que muchos creen, pueden ser domesticados. Estamos hablando de animales particularmente inteligentes que no solo son independientes, sino que les encanta interactuar con los humanos, saben obedecer y son capaces de aprender desde una edad temprana. ¿Cómo entrenar a un gato? El gato doméstico puede aprender a hacer muchas cosas, solo ármate de un poco de paciencia y céntrate siempre en el refuerzo positivo.

Hacer el baño en la caja de arena

Por lo general, los cachorros imitan el comportamiento de su madre. Al adoptar un felino adulto o traer un gatito a casa por primera vez, será necesario mostrarle dónde hacer caca y orinar.Si quieres enseñar a tu gato a hacer sus necesidades en el arenero, prepárate para una educación que estará basada en la constancia.

Primero, lleva a tu bebé peludo a la caja de arena con regularidad para que se familiarice con ella. Incluso unos pocos minutos y varias veces al día son suficientes. ¿Un consejo? Mueve la caja de arena, simulando cubrir los excrementos y recuerda darle al gato una golosina cada vez que lo necesite en la caja de arena.

No morder ni arañar

Cuando los gatos aún son cachorros les encanta jugar y revolcarse, descubriendo su mordida a través de rasguños y mordeduras juguetonas. Morder y arañar son, por tanto, gestos instintivos en tu peludo, pero si permites que tu mascota lo haga de adulto será muy difícil que deje de hacerlo.

“El refuerzo positivo –explica Silvia Delfini, veterinaria de perros y gatos– es la única manera de educar a un gato. En primer lugar, significa ofrecerle sensaciones agradables que puedan empujarlo a hacer lo que queremos y nunca perder la paciencia, repitiendo continuamente.Distraer al gato, por ejemplo, puede ser una buena táctica. Si araña el sofá, comprar un rascador puede ser muy útil para desviar su atención hacia otra cosa que lo estimule" .

Si el gato s alta sobre tu regazo y comienza a mordisquearte los dedos, dirige su atención a otra cosa. Puedes hacer rodar una pelota o colgar una cuerda con un juguete para que el animal use sus garras para agarrarla. ¿Un consejo? Asegúrate de que todos en la casa sigan este método, de lo contrario, al gato le resultará difícil acostumbrarse.

Otra idea ganadora es aprender a interpretar los estados de ánimo y las necesidades del gato. De hecho, tu gato podría estar muy sensible en algunos lugares, como las patas, la cara o la barriga, acabando por morder o arañar. Si notas que el gato s alta y mordisquea al tocarlo en un lugar específico, podría sentir molestias o dolor.Evita molestarlo más y si el episodio se repite varias veces, contacta al veterinario.

Entre los trucos recomendados para entrenar a un gato para que no muerda ni arañe está también acortarle las uñas. Esta operación no produce dolor y se puede realizar fácilmente con un cortaúñas específico. ¿No estás seguro? Pide ayuda al veterinario de tu mascota y asegúrate siempre de tener un rascador en casa, que es útil para ayudar a tu gato a mantenerse en forma y acortar sus uñas.

Sentarse

Tendemos a pensar erróneamente que los perros son los únicos predispuestos a recibir entrenamiento. En realidad, incluso los gatos pueden aprender muchas órdenes, incluida la de sentarse. Para enseñarle esta sencilla orden es recomendable que el gato esté en ayunas para atraer fácilmente su atención aprovechando sabrosos snacks. Después de captar su interés, levanta la golosina, sosteniéndola en tu mano y muévela detrás del cuello del animal.De esta forma el gato acabará sentado. En este punto, todo lo que tienes que hacer es premiarlo y decir en voz alta “bien hecho, siéntate” y agregar un abrazo.

Si es un cachorro

Por lo general, el gato aprende los primeros rudimentos de su educación de su madre y sus hermanos pequeños. En el periodo en el que vive con ellos, el gato aprende a morder midiendo la fuerza, a evaluar los casos en los que usar las uñas y no extraerlas, a relacionarse con otros gatos. Estas son enseñanzas esenciales para la vida futura.

Una vez que el gatito llega a la familia, necesitará tiempo para acostumbrarse al nuevo entorno. Recuerda no forzarlo, deja que él tome la iniciativa y ten en cuenta que cada gato es diferente a los demás. Algunos tienen un carácter introvertido, otros son más juguetones, observa a tu mini mascota y aprende a respetar su tendencia.

Primero déjalo explorar el entorno, luego comienza a interactuar con mucha calma, atrayéndolo con juegos.Lo importante es tener mucha paciencia y delicadeza, aprendiendo, poco a poco, a comunicarse con el gatito. A diferencia de las opiniones comunes, de hecho, los gatitos son muy reactivos a las palabras, el tono de voz y las expresiones faciales. Así que no le grites si hace algo mal o podrías asustarlo, en su lugar trata de animarlo cuando haga lo correcto y llámalo cuando esté listo para comer.

Si fuera salvaje

Es otra cosa si tenemos que entrenar a un gato callejero. De hecho, si el gato es salvaje, tenderá a ser mucho más desconfiado, te mirará con curiosidad, pero siempre manteniendo la distancia. Para acercarte a él, pues, ármate de paciencia y empieza, poco a poco, a darte a conocer. Haz contacto visual primero, recordando hablarle en tonos suaves y tranquilizadores. Intenta tranquilizarlo y deja que se dé cuenta poco a poco de que no eres una amenaza.

En cualquier caso, no se apresure e intente, como se señaló anteriormente, respetar la naturaleza del gato.Algunos son muy sociables y se acercan a los humanos en poco tiempo, en este caso domarlos será bastante fácil. Luego están los gatos que tardan meses, si no años, en confiar en los humanos. La técnica siempre ha sido la misma: comida, mucha paciencia y una buena dosis de constancia. Todo sin forzar de ningún tipo.

Hay gatos callejeros que nunca se convertirán en gatos domésticos, sobre todo si tienen un carácter independiente. Sin embargo, incluso los más refractarios podrían llegar a apreciar un jardín en casa, los mimos de un ser humano, una buena comida y un lugar seguro para tomar una siesta.

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