Jabon amarillo

¿Estás buscando una buena alternativa a los muchos detergentes que se suelen usar para limpiar toda la casa? El jabón amarillo es un antiguo remedio de abuela para desengrasar e higienizar, un excelente sustituto de prácticamente casi todos los productos de limpieza. Se encuentra fácilmente en el mercado y es realmente efectivo, sin contar que es absolutamente ecológico e incluso muy económico. Veamos cómo podemos usarlo.

Qué es el jabón amarillo y por qué usarlo

El jabón amarillo, también conocido como jabón potásico suave, no es más que una suave barra de color amarillo intenso y un delicado aroma, compuesta por muy pocos ingredientes que, sin embargo, tienen un enorme poder de limpieza.De hecho, es un jabón a base de agua, glicerina y aceite de coco, lo que lo hace espumoso y tiene una notable acción limpiadora. También contiene sales de potasio, que le confieren un excelente efecto desengrasante, e hidróxido de potasio: es este último ingrediente el que le da su consistencia blanda y maleable.

A pesar de su composición muy simple, el jabón amarillo es una maravilla de limpieza. En el pasado se consideraba el remedio para cualquier tipo de mancha, y recientemente ha vuelto a resurgir por sus importantes características: al ser completamente biodegradable, es un producto realmente ecológico, y además funciona muy bien en diversas situaciones, gracias a su versatilidad. Y por último pero no menos importante, es realmente barato. Con una sola barra puedes limpiar prácticamente toda la casa, sin necesidad de comprar otros detergentes. Se encuentra fácilmente en todas las tiendas de productos de higiene y en los supermercados mejor surtidos (a menudo comercializado como jabón Alga), así como en línea.

Cómo usar el jabón amarillo

Pero pasemos a los usos del jabón amarillo: como hemos dicho, es un excelente sustituto de los detergentes comunes que encontramos en el mercado, capaz de limpiar e higienizar en profundidad cualquier tipo de superficie. Por no hablar de que es un auténtico milagro para la colada, ayudándonos a eliminar hasta las manchas más rebeldes. Se necesita muy poco para hacer un limpiador casero que podamos usar en toda la casa, aprovechando su versatilidad y contribuyendo a contaminar un poco menos el planeta, pero también ahorrando algo en el gasto mensual. Veamos todos los usos del jabón amarillo.

Para lavar la ropa

El uso más habitual es sin duda el que lo ve como protagonista de nuestra colada, sustituyendo a los detergentes normales o al jabón de Marsella. Se puede utilizar como pretratamiento de las manchas más rebeldes, simplemente frotándolo sobre la zona afectada y dejándolo actuar unos minutos antes de meter la prenda en la lavadora.Y obviamente se puede usar para lavar, tanto a mano como en lavadora. En el primer caso, basta con preparar una palangana con agua caliente en la que disolver un pequeño trozo de jabón: luego podemos remojar la ropa a lavar y dejar actuar unos minutos, antes de enjuagar bien.

¿Cómo usar jabón amarillo en la lavadora? Es muy sencillo: lo único que tenemos que hacer es añadir un pequeño trozo de masa directamente en el tambor, junto con las prendas a lavar. En este caso, ni siquiera necesita suavizante: el jabón amarillo garantiza una ropa limpia y perfumada, pero también muy suave. Si lo deseamos, también podemos preparar un detergente líquido para tener siempre a mano para cuando tengamos un poco más de prisa. Derrita dos bloques de jabón en una cacerola llena de 400 ml de agua, hasta que hierva. Después de dejar enfriar la mezcla, pásala a un biberón y añade una cucharada de bicarbonato de sodio para potenciar su acción blanqueadora.

Para la higiene de la cocina y el baño

Este maravilloso producto también es un excelente aliado en la cocina (y no solo). Para aprovecharlo al máximo y aprovechar todos sus poderes higienizantes, lo mejor es preparar una formulación líquida y sin duda más fácil de limpiar. Simplemente disuelva un pan en aproximadamente medio litro de agua hirviendo, luego déjelo enfriar y transfiéralo a una botella con atomizador. También puedes añadir unas gotas de aceite esencial de limón para intensificar el aroma (y la sensación de limpieza). En este punto, todo lo que queda es arremangarse y comenzar a limpiar.

El jabón amarillo líquido es excelente para higienizar todas las superficies de la cocina y el baño: basta con rociar un poco y dejar actuar un minuto, luego frotar con un paño suave o una esponja para eliminar todos los residuos. También se puede utilizar como desengrasante, posiblemente dejándolo actuar unos minutos más para permitir que elimine cualquier mancha de la mejor manera posible.En la cocina también es una excelente alternativa al lavavajillas líquido, gracias a su acción desengrasante: en pocos minutos tendremos la vajilla higienizada y agradablemente perfumada.

Para suelos

El jabón amarillo también es útil para el lavado de suelos, ya que desengrasa e higieniza en profundidad todas las superficies, sin dejar rayas desagradables. ¿Cómo hacer? Basta con diluir un par de tapones de detergente líquido (preparado como vimos anteriormente) en un balde de agua caliente. A continuación, podemos proceder a la limpieza del suelo, utilizando una fregona o un trapo normal con cepillo. Una vez seco, inmediatamente notarás la diferencia. Esta solución es excelente para prácticamente cualquier tipo de suelo, desde baldosas hasta gres porcelánico, pasando por parquet, resina y mármol. Lo importante es no excederse en las cantidades.

Para plantas

Para aquellos con un pulgar verde, el jabón amarillo incluso se convierte en un pesticida perfecto para proteger nuestras plantas de las infestaciones.De hecho, este producto se usa en agricultura, porque es mucho más ecológico que otros insecticidas o pesticidas tóxicos, y además es completamente biodegradable. En este caso, necesita una solución más diluida en comparación con la utilizada para la limpieza: debe disolver 10 gramos de barra en un litro de agua y luego rociar el producto así obtenido sobre las hojas de la planta, por la mañana y por la noche.

El jabón amarillo es una auténtica maravilla, sobre todo contra la fumagina, los ácaros, los pulgones y las cochinillas, pero también para ahuyentar a otros pequeños insectos que pueden dañar nuestras plantas. Aunque en general se tolera bien, hay algunas variedades de plantas que pueden sufrir con su uso (como las gardenias, las azaleas y los cerezos). Para comprobar que nuestra planta no está entre estas, podemos probarla en una sola hoja y ver si al cabo de un par de días surgen problemas como manchas o rizado de los bordes.

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