31 estudiantes fueron extraídos vivos de los escombros una semana después del terrible terremoto que sacudió Indonesia.

Es un verdadero milagro, llegó después de días terribles, luego del devastador terremoto y tsunami que azotó la isla de Celebes, causando más de 1600 muertes y miles de personas desplazadas. Quien ha logrado sobrevivir no tiene nada, mientras que hay muchas personas que, sin estar preparadas para una catástrofe de esta magnitud, no han logrado escapar de la furia de la naturaleza.

Al comienzo de la semana, el país había sido golpeado por una nueva tragedia, cuando los rescatistas descubrieron los cuerpos de 34 estudiantes de teología, reunidos en la isla de Sumba para un retiro espiritual, bajo los escombros de una iglesia arrasada . Ahora, sin embargo, se produce un milagro extraordinario para reavivar las esperanzas: 31 estudiantes que sobrevivieron a la furia del terremoto y el tsunami, se ponen a salvo.

Los niños quedaron atrapados durante una semana entre los restos de dos escuelas de formación profesional : 23 en la del distrito de Marawola, en Sigi, y 8 en la de Tondo, cerca de Palu, una de las zonas más afectadas. Cuando comenzaron los terremotos, los estudiantes, que tenían entre 15 y 17 años, seguían las lecciones.

"La catástrofe ocurrió el viernes mientras los niños todavía estudiaban en las escuelas", explicó el portavoz de la agencia de ayuda. No se proporcionó otra información, la única certeza es que los jóvenes resistieron durante siete días bajo los escombros, después del desastre, tomando el coraje del otro, sin la ayuda de un adulto. Ahora que la pesadilla ha terminado, ya han regresado con sus familias, abrazando a los padres que creían que los habían perdido para siempre.

El milagro reavivó las esperanzas y llevó a los rescatistas a continuar la investigación en toda la región hasta 14 días después del desastre. Indonesia está en estado de shock, pero listo para reaccionar . Bajo el lodo y los escombros, según los expertos, se pudo encontrar a más de mil personas, algunas de las cuales todavía están vivas. El descubrimiento de los 31 niños, vivos y sanos, es una prueba de que aún no es hora de rendirse.

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