Dolores de cabeza, los 5 alimentos que absolutamente debes evitar

El dolor de cabeza es una condición que afecta a todos al menos una vez en la vida. Según las estimaciones de la OMS, representa la patología más extendida en los 5 continentes del mundo.

Las causas que determinan su inicio son numerosas. Entre estos, es posible recordar el estrés físico y emocional, así como el abuso de cafeína, las maloclusiones dentales, las caídas de azúcar. En algunos casos, el dolor de cabeza puede ser un síntoma de presión arterial alta .

¿Cómo entender si te enfrentas a una situación como esta? En primer lugar, debe recordarse que la hipertensión es una condición que no debe subestimarse, ya que predispone a un mayor riesgo de accidente cerebrovascular.

Las víctimas a menudo tienden a tener que lidiar con ataques de dolor de cabeza . El dolor de cabeza por hipertensión aparece repentinamente, tiene un carácter pulsante e involucra toda la cabeza. En caso de crisis hipertensiva, otras condiciones están asociadas con esta imagen (sudores fríos, náuseas, sensación de opresión).

En estas situaciones, es esencial contactar a un médico de inmediato. Las crisis hipertensivas son, de hecho, situaciones muy graves, que pueden conducir a complicaciones como la pérdida de conciencia o, como ya se mencionó, la aparición de un accidente cerebrovascular.

No se dice necesariamente que este sea el caso: varios estudios centrados en la situación de los pacientes recibidos en la sala de emergencias han demostrado que, a menudo, la crisis hipertensiva no expone un peligro para la seguridad y que un poco de descanso es suficiente para recuperar normalmente los valores de presión . En cualquier caso, si se presentan los síntomas mencionados anteriormente, es aconsejable ir a la sala de emergencias.

Volviendo al dolor de cabeza en sí, debe recordarse que puede representar un síntoma de presión demasiado alta incluso en niños . En estas circunstancias, es bueno prestar atención a la presencia de otros síntomas, como la lentitud en el desarrollo y los episodios de irritabilidad que son difíciles de explicar.

Independientemente de la edad, el monitoreo de los valores de presión es muy importante. Después de 18-20 años, es una buena idea medirlos al menos cada dos años. En los casos en que se encuentren valores superiores a la norma, es decir, más de 140 mm / Hg para presión sistólica y más de 90 mm / Hg para sangre disólica, se debe aumentar la frecuencia de los controles. Después de los 40 años, se recomienda una medición de presión por año.

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