Divertido, atento, siempre dispuesto a echar una mano y abrazar a sus nietos: si no hubiera abuelos, ¡deberíamos inventarlos!

No hace falta negar: sin ellos nuestra vida sería mucho más complicada y difícil . De hecho, los abuelos siempre han representado una figura insustituible que está junto a la de los padres. Manos arriba que, pensando en su infancia, no recuerda con cariño los almuerzos de su abuela para comer sus platos favoritos y jugar. Esos momentos, que permanecerán indelebles, representan un objetivo fundamental en el crecimiento de cada niño. Este es el primer momento en que nos separamos de nuestros padres y salimos de la cáscara por nosotros mismos .

Si para nosotros solo parecían horas de ocio, ese era el primer paso hacia nuestra vida adulta y, a nuestro lado, obviamente, estaban los abuelos. Listo para consolarnos después de una caída de la bicicleta, para recompensarnos por una buena calificación con un chocolate y para otorgarnos cualquier cosa en casa nos fue prohibido. Todas las primeras experiencias más emocionantes pasan por los abuelos, que representan un vínculo indisoluble entre el presente y el pasado. La primera vez en el parque, la primera muñeca, la piscina en la piscina infantil, las carreras y los chistes. Y cómo olvidar esas mil libras (o 5 euros si lo prefiere) que nos dieron cada vez que los visitamos y representaron un tesoro precioso que guardamos celosamente, soñando con el futuro como adultos.

Hoy más que nunca los abuelos son un tesoro para guardar. Ahora que los padres y las madres enfrentan problemas cotidianos con dificultad, incluidos compromisos laborales y miles de tareas, los abuelos son un recurso fundamental. Acompañan a sus nietos a la escuela, a menudo los ayudan con sus tareas escolares, les permiten pasar unas horas al aire libre, son compañeros en caminatas, juegos y guardas de pequeños y grandes secretos.

Desde la infancia hasta la adolescencia, hasta la edad adulta, los abuelos representan un apoyo, alguien en quien confiar. Un abuelo no te juzga : te ama incondicionalmente y te entiende, te ayuda y está ahí para ti. Prescindir de él es imposible y durante unos años o para toda la vida, el tiempo que pasamos con ellos es un tesoro precioso para guardar, siempre.

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