A medio camino entre la dieta mediterránea y la dieta Dash, la dieta Mind, según una investigación realizada por el Centro Médico de la Universidad Rush, podría reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer. Ahora, sin embargo, los investigadores han identificado otra de sus capacidades: siguiendo esta dieta, las personas que sufren un accidente cerebrovascular (cuyo riesgo de desarrollar demencia senil es más del doble) pueden retrasar la decadencia cognitiva .

El crédito va a los alimentos que proporciona la dieta Mind, y que son ricos en ácido fólico, omega 3, vitamina E, carotenoides y flavonoides. Y, sobre todo, a quienes lo prohíben: alimentos ricos en grasas hidrogenadas, asociados a la demencia y perjudiciales para la salud del cerebro.

Inspirada en el vegetarianismo, pero con la concesión de pescado y carnes blancas, la dieta Mind divide la comida en quince grupos : diez protectores para preferir y cinco para evitar. Todos los días, para proteger la salud del cerebro y perder peso, tres porciones de granos integrales, una ensalada verde y otra verdura deben llevarse a su mesa, junto con una copa de vino tinto ; Se permiten legumbres y frijoles cada dos días, pollo dos veces por semana y pescado uno. Se permiten frutas y bayas secas como refrigerio.

Porque estos son precisamente los alimentos preferidos: vegetales de hoja verde, todos los demás vegetales en general, aceite de oliva, vino tinto (con moderación), granos enteros, aves, nueces, pescado, bayas, frijoles.

En cambio, se limitan la mantequilla (menos de una cucharada por día), los quesos grasos, las comidas fritas y la comida rápida (otorgadas tres veces al mes), los postres y las comidas cocinadas. Siguiendo las indicaciones de la dieta Mind, aquí cuidamos nuestros cerebros: los alimentos preferidos son capaces de reducir la inflamación que a la larga daña los tejidos nerviosos, gracias a la función antioxidante realizada por omega 3, tocoferoles, folatos, luteína y polifenoles. Nutrientes, estos, que también favorecen las buenas bacterias del intestino que contribuyen a la neuroprotección. Siguiendo los dictados del régimen, se pierden los kilos de más y, sobre todo, se reduce el riesgo de desarrollar Alzheimer y demencia senil.

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