Las experiencias y la edad no siempre son dos factores relacionados. Es cierto, el tiempo no se puede detener, pero esto no significa que él sea responsable de su propia madurez . El crecimiento no indica precisamente responsabilidad o desarrollo, lo que mejora la identidad de un individuo son sus experiencias, los cambios y las perspectivas que la vida enfrenta para ganar los méritos correctos. De hecho, durante este viaje nos encontramos teniendo que reflexionar para tomar decisiones, a veces incluso difíciles, y esto es precisamente lo que influye en el desarrollo personal. En un momento la vejez se consideraba un período de pérdida, hoy, por el contrario, es el momento más sabio de la vida.

También es cierto que en la vejez ciertas habilidades comienzan a perderse, pero al mismo tiempo se adquieren muchas otras y tienen el mismo valor. Partiendo de la inteligencia y la autoestima, que tienden a aprovechar más las experiencias vividas y los conocimientos adquiridos en el curso de la vida. Además, incluso el estado emocional sufre un cambio notable en el que nos encontramos más reflexivos y empáticos con los demás. Por otro lado, el futuro reserva momentos hermosos y difíciles y esto se aprende a través de la experiencia.

Son sobre todo los momentos complicados los que saben cómo sacar nuestra fuerza interior para hacernos capaces de enfrentar eventos desagradables de la mejor manera posible. De hecho, muchas personas pueden llegar a ser muy maduras y mostrar una gran fuerza de voluntad incluso como jóvenes, mientras que en otros casos algunos adultos tienden a relacionarse con la vida con actitudes más bien infantiles, confiando constantemente en los estereotipos. No es el momento lo que afecta los fracasos, sino las batallas enfrentadas para inducir el espíritu de uno hacia un cambio neto.

A menudo nos encontramos luchando contra la incomodidad causada por situaciones que han causado tristeza y desilusión, porque no siempre es posible enfrentar las complejidades de la mejor manera, pero recuerde, que a menudo perder una batalla ayuda a desarrollar una mayor fortaleza, convirtiéndose en un evento fundamental para regenerarse y avanzar, con el coraje y la determinación correctos para continuar buscando la felicidad. El valor de la edad y la experiencia se adquiere de una manera diferente y nunca predecible, porque en la base de todo está el equilibrio y la armonía a través de los cuales el espíritu se acerca y aprende a acercarse a la vida.

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