La rosácea es una enfermedad crónica que afecta principalmente la piel de la cara, generando un enrojecimiento difuso en la frente, el mentón, las mejillas y la nariz.

Si no se trata con prontitud y de la manera correcta, puede empeorar y provocar espinillas y, en casos graves, engrosamiento de la piel de la nariz . Por lo general, afecta a las mujeres que tienen una piel bastante delicada, pero incluso los hombres pueden enfermarse.

Existen cuatro tipos de rosácea: rosácea eritematotelangiectásica (ETR), en la que los sofocos se asocian con enrojecimiento de toda la cara, con evidencia de vasos sanguíneos, rosácea papulopustular, en la que aparecen pústulas y granos, rosácea rinofima, rosácea forma rara que causa una deformación de la nariz y finalmente la rosácea ocular .

Los síntomas de la rosácea no están definidos, pero pueden variar según la persona . A pesar de esto, los más frecuentes son un enrojecimiento de la cara, que también alcanza el cuello y el pecho, seguido de una sensación de calor. Las víctimas de esta afección también experimentan una sensibilidad excesiva en los vasos sanguíneos, que tienden a dilatarse, especialmente cuando están en contacto con la luz solar. A menudo, la rosácea también ocurre con manchas que parecen quemaduras, pústulas y manchas en la cara y el cuerpo.

Hasta la fecha, los científicos aún no han podido identificar cuál es la causa de la rosácea, por esta razón ni siquiera existe una cura definitiva y la enfermedad se mantiene bajo control mediante medicamentos y remedios que bloquean los síntomas. Sin embargo, tan pronto como sienta los primeros signos, es esencial contactar a un médico para evitar que la situación empeore.

En primer lugar, es importante cuidar su piel, elegir limpiadores delicados y pieles sensibles. Concéntrese en productos a base de agua y aceite libre, eligiendo aquellos que no contienen agentes exfoliantes, alcohol y mentol, ya que podrían empeorar la situación. Aquellos que sufren de rosácea deben cuidar su dieta, tratando de identificar qué alimentos desencadenan la reacción adversa de la piel. También es recomendable evitar la exposición directa a la luz solar, siempre usando cremas protectoras, reducir el consumo de alcohol y buscar el asesoramiento de un experto antes de someterse a tratamientos con láser o luz pulsada.

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