Sin movimiento de sostén

Hay una revolución suave y exclusivamente femenina de la que las mujeres del mundo se han convertido en portavoces que pretenden establecer una línea clara y decisiva entre la libertad personal y física y los dictados que existen y persisten en la sociedad contemporánea, una libertad que también y sobre todo pasa por el sujetador.

La prenda interior femenina por excelencia se transforma ahora en el símbolo de un modelo estético predefinido y estandarizado que atañe a la belleza de la mujer y su papel en el tiempo. Es a partir de esta conciencia que miles de mujeres en todo el mundo se han sumado al movimiento No bra o Bra-less, para deshacerse del sujetador para siempre.

La voluntad de deshacerse del sostén es hoy una lucha suave que toca el ámbito social y político, que pretende socavar de una vez por todas los modelos estéticos femeninos que han perdurado durante siglos. Motivaciones a las que se suman las ganas de sentirse libre, de recuperar el confort y la agilidad del cuerpo.

Los orígenes del movimiento No Bra tienen sus raíces en Francia, precisamente donde se creó el sujetador en el mismo año en que se introdujo la Torre Eiffel. Era 1889 y Herminie Cadoll presentó la patente de su corselet-gorg obtenido al dividir el querido y viejo corsé por la mitad.

Han pasado siglos, pero no es la primera vez que la ropa interior de las mujeres ha sido criticada. De hecho, en la década de 1960, los movimientos feministas estadounidenses protestaron en las calles de Nueva York quemando sostenes y exigiendo la emancipación de las mujeres.

Ahora el deseo de deshacerse del sostén también se fortalece con la voluntad personal de recuperar la libertad y la practicidad física.Una voluntad, esta, que emergió con fuerza durante el período de la pandemia. De hecho, según una encuesta realizada por el Institut français d'opinion publique, el porcentaje de mujeres francesas de entre 18 y 25 años que no usaban sostén durante los repetidos confinamientos se había cuadriplicado.

El pensamiento de No Bra se difundió rápidamente en Francia, llegando a Europa e incluso a América, convirtiéndose en el símbolo de un estilo de vida más libre y natural que incluye también un compromiso con la emancipación de la mujer .

La autora Gala Avanzi se ha convertido en la vocera de la revolución, pero para hacerse eco de ella muchas influencers, estrellas y celebridades como Rihanna, Miley Cyrus y Kendall Jenner que se muestran orgullosas sin sostén.

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