La actriz y directora Ida Lupino

Cuando hablamos de gran cine, siempre nos viene a la mente Hollywood, la fábrica de sueños que puso en primer plano a grandes actores y directores, pero al mismo tiempo arrastró a otros tantos al olvido. Sí, porque en Hollywood es difícil establecerse, y más si eres mujer y vives en los años 50. Pero afortunadamente siempre hay personalidades fuera de la manada, alguien que logra hacerlo como Ida Lupino. Su fuerza estaba en rechazar la esquematización del ama de casa satisfecha y feliz al abordar en sus películas temas espinosos y difíciles de aceptar en una sociedad extremadamente conservadora.

Los inicios de Ida Lupino y su pasión por el cine

Nacida en Londres el 4 de febrero de 1918, su carrera comenzó frente a la cámara siguiendo el ejemplo de sus padres, ambos actores. Tras asistir a la Royal Academy of Dramatic Arts de Londres obtiene los primeros papeles en los que siempre interpreta el papel de una niña indefensa e ingenua. Son papeles en los que no se siente a gusto, pero que le permiten obtener un buen éxito, tanto que firma contrato con la Paramount y se traslada a Hollywood en 1934.

Al llegar a Estados Unidos, decide cubrir los roles más dispares en un intento por hacer despegar su carrera. A pesar de ser apreciada y estimada, sin embargo, no da el s alto de calidad, ni siquiera cuando pasa a Warner Bros. Aquí le encomiendan papeles en los que interpreta a mujeres que, a pesar de tener un carácter fuerte, son incapaces de aceptarse a sí mismas. . Los personajes que representa en la pantalla están reñidos con su naturaleza y sobre todo con su talento interpretativo.Una insatisfacción que no se puede silenciar: todo esto la lleva a tener conflictos cada vez más frecuentes con los ejecutivos de Warner, tanto que en algunos casos es suspendida.

El deseo de afirmarse y contar la realidad

La competencia cada vez más apremiante entre las actrices y la imposibilidad de que le asignen papeles dignos de sus habilidades la empujan a mirar a su alrededor y cambiar su destino.

Ida decidió entonces fundar en 1949 con su marido Collier Young, la productora independiente The Filmmakers Company. Gracias a este proyecto, persigue sus sueños y dirige seis películas, un hito importante en un Hollywood dominado por directores masculinos.

Cada película producida y firmada por ella es el espejo de su personalidad y el deseo de dar vida a una realidad que muchas veces es ignorada por mera conveniencia. De hecho, sus películas abordan temas poco convencionales para la época, como la maternidad fuera del matrimonio, la violencia sexual, pero también la bigamia y la enfermedad física vivida como algo que no incapacita.Todos estos temas son abordados sin imponer un juicio, pero de una manera delicada e intensa siguiendo los cánones de Hollywood que muchas veces ha hecho suyos.

Las historias que cuenta y los personajes que describe tienen una profunda sensibilidad. Los protagonistas de sus películas viven plenamente el drama social en el que se encuentran en ese momento: es una experiencia que afrontan con un realismo lleno de amarga resignación y sabiduría. Única directora capaz de trabajar en el difícil clima represivo del Hollywood de los años 50, Ida Lupino tuvo el mérito de llevar a la pantalla heroínas muy modernas para la época.

Categoría: