Los amores de Antonio Gramsci

No se puede hablar de figuras políticas que han hecho historia sin pensar en Antonio Gramsci. Considerado un importante intelectual y un político apasionado, el fundador del Partido Comunista Italiano fue también un hombre profundamente enamorado. Nada extraño salvo que las mujeres capaces de conquistar su corazón fueran dos chicas italianas de origen ruso-alemán que tenían en común el hecho de ser hermanas. Eugenia y Giulia Schucht, dos personajes y temperamentos distintos pero unidos por el amor al mismo hombre.

Eugenia y Giulia Schucht: tan parecidas, pero tan diferentes

Lo que hubo entre Antonio Gramsci y Eugenia y Giulia Schucht es un verdadero triángulo que como tal traía consigo amor y al mismo tiempo sufrimiento y rencor, sentimientos todos que cada uno de los protagonistas afrontaba de manera diferente.

Impulsadas y capaces de valerse por sí mismas, las hermanas Schucht tenían eso en común y tal vez no mucho más. Eugenia, la mayor, amante del arte y la pintura, estudió en Roma en la academia, pero su pasión no iba de la mano con su destreza. Giulia, por otro lado, tiene un verdadero talento para la música, tanto que a los dieciséis años se graduó en violín en la Accademia di Santa Cecilia.

La pasión por Eugenia y el amor a primera vista por Giulia

Eugenia y Giulia son mujeres cultas, revolucionarias para la época y sobre todo independientes, pero las embarga un fuerte sentimiento hacia Antonio Gramsci.El político italiano logra conquistar a ambas, tanto que las dos hermanas se lo disputan en vida.

La primera en cruzarse con el fundador del Partido Comunista es Eugenia, en el otoño de 1922 cuando ella tiene 33 años y él 31. El primer encuentro tiene lugar en un sanatorio cerca de Moscú donde ambos están hospitalizados. Inmediatamente estalla la pasión entre los dos y comienza una profunda relación, vivida de manera abrumadora hasta que Antonio Gramsci conoce a Giulia. Nada más verla, el fundador del PCI tiene un verdadero relámpago y queda impactado por la belleza de la joven que había ido a visitar a su hermana al hospital. El hombre se enamora tanto de ella que deja a Eugenia y comienza una nueva relación con Giulia.

Una presencia incómoda en la pareja

Si los sentimientos de Antonio Gramsci son profundos, la pasión inicial de Giulia va decayendo lentamente. A pesar de estar embarazada de su primer hijo, la niña decide no seguir al fundador del PCI en Italia, llegando a Roma solo un año después de su regreso y viviendo sola en la capital.A pesar de esta particular relación, los dos tienen otro hijo: Giulia decide regresar a Moscú, ciudad donde nacerá el segundo hijo y desde donde emprenderá una correspondencia "perezosa" con Gramsci, quien mientras tanto está en prisión. La actitud de Giulia probablemente se deba a que entre ella y Antonio nunca ha existido una relación simplemente de dos, sino dominada por los celos y el deseo de venganza de Eugenia. De hecho, la mujer, herida en su orgullo, impide que Antonio y Giulia vivan juntos. Era una figura omnipresente, a veces intrusiva, tanto que dominaba a su hermana y se consideraba una segunda madre en lugar de una tía para los dos niños. La relación entre Giulia Schucht y Antonio Gramsci fue complicada, transcurrió entre altibajos y sólo terminó con la muerte del político en prisión en 1937.

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