Rey Carlos, la policía acusa a su oponente

El rey Carlos se derrumba en el índice de aprobación de sus súbditos, a años luz de la popularidad de la reina Isabel. Y la noticia no ayuda: en las últimas horas, un conocido activista inglés ha sido imputado por unos comentarios realizados durante su proclamación, que había expresado públicamente sus dudas sobre la legitimidad y utilidad de la Corona. No hay comentarios del Palazzo, pero el hombre irá a juicio el 31 de enero.

Rey Carlos: quién es el hombre acusado de interrogarlo

Su nombre es Symon Hill, tiene cuarenta y cinco años y es un escritor y activista inglés, muy conocido en el Reino Unido. Es el manifestante que, durante la proclamación del Rey Carlos en Tower, Oxford, el pasado 11 de septiembre, supuestamente gritó "palabras peligrosas y dañinas" contra el Soberano.

El hombre, procesado en las últimas horas, deberá comparecer ante el juez el 31 de enero: la acusación es que usó palabras amenazantes y abusivas, así como conducta desordenada susceptible de causar acoso, alarma o angustia . Sin embargo, Hill relata una versión muy clara de los hechos: "Estaba yendo a la iglesia esa mañana, cuando descubrí que la proclamación se estaba realizando en esa plaza, como en cualquier otra ciudad del Reino Unido" , declaró la activista a través de un conocido blog.

“No fue hasta que declararon a Carlos como 'Rey Carlos III' que grité '¿Quién lo eligió?'. Dudo que la mayoría de la gente en la multitud me haya escuchado.Dos o tres personas cerca de mí me dijeron que me callara. No los insulté ni los ataqué personalmente, pero respondí diciendo que se nos estaba imponiendo un jefe de Estado sin nuestro consentimiento”.

Un manifestante, eso es seguro, conocido por sus batallas (especialmente religiosas), pero para muchos la decisión de la Policía del Valle del Támesis de continuar con la acusación inmediatamente pareció exagerada. Desde el Palacio de Buckingham no comentan la noticia, pero seguro que está de la mano del rey Carlos y su personal.

Rey Carlos: por qué a los ingleses no les cae bien

La situación del rey Carlos parece no tener salida: todos los días alguien intenta desacreditarlo, cuestionar su obra y sobre todo su soberanía, y ya no está. Independientemente de la caída del consenso, el nuevo Soberano sigue su camino, con acciones cada vez más cuestionables.

Por ejemplo, tras hablar de un drástico recorte de gastos para la Monarquía, parece que Carlos ha cambiado de opinión sobre su coronación: adiós ahorros, el dinero inglés se gastará en una ceremonia a lo grande, para demostrar poder del Reino Unido frente al mundo entero.

Y su ascensión al trono está en el centro de un acalorado debate: si con la reina Isabel, ya anciana, muchos hubieran preferido no enfadarse, ahora que Carlo está aquí, políticos y activistas se preguntan si él es el caso de que esta institución siga existiendo, a espaldas de los contribuyentes.

No se trata, pues, sólo de una cuestión de carisma, sino de una polémica que hunde sus raíces en un grave problema de la sociedad inglesa, que se alimenta de las habladurías de la Familia Real, y al mismo tiempo es devorada por eso.

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