Carga mental, el peso invisible que pesa sobre las mujeres

Se llama carga mental, y como su propio nombre indica es esa sobrecarga mental que ronda con fuerza en la cabeza de las personas y en su vida cotidiana, en todos aquellos que, tan enfrascados en compromisos familiares, personales y profesionales, nunca logran desconectar de verdad. Las consecuencias de una mente siempre abarrotada y llena de pensamientos socavan inevitablemente el bienestar psicofísico. Y una vez más, son las mujeres las que pagan el precio.

Qué es la carga mental

Nuestro ritmo diario es cada vez más rápido, agitado y sin aliento.Y no lo son por nuestra voluntad, sino más bien por la necesidad de sobrevivir. Porque la sociedad actual nos ha enseñado que si no corremos corremos el riesgo de quedarnos atrás. Así que todos, más o menos, pasamos nuestros días haciendo malabares con nuestros compromisos diarios y el trabajo, las responsabilidades del hogar y el cuidado de los niños, descuidando o renunciando por completo a nuestro tiempo libre.

Quienes pagan los costos de estos ritmos cada vez más rápidos e insostenibles son, una vez más, las mujeres. Porque si es cierto que la carga mental es algo que nos preocupa a todos, también es cierto que ese peso invisible pesa especialmente sobre la contraparte femenina.

No es que esta noticia nos sorprenda mucho. Aunque las cosas están cambiando, y luchamos cada día por la igualdad de género que se refleja en el ámbito laboral y doméstico, es inútil negar que la mayoría de los temas organizativos relacionados con el hogar y la familia son de mujeres.

Días marcados por compromisos y deberes, que día tras día se vuelven más fatigosos, y que nos recuerdan que el tiempo libre ya no es un derecho. ¿Cuántas personas hay en esta situación? Muchos, lo sabemos. La carga mental es la consecuencia de todo esto: la parte organizativa de la gestión doméstica y familiar. Porque incluso cuando las tareas, como debe ser, se comparten con el socio, el aspecto organizativo siempre lo gestionamos nosotros. Esto conduce inevitablemente a consecuencias que no pueden pasarse por alto.

”La carga mental es ese estado de ansiedad que nos invade cuando sentimos que hemos fracasado por no haber respetado la hoja de ruta que nos habíamos marcado o cuando la idea de no poder gestionar a la perfección todos los aspectos de nuestra la vida nos hace sentir oprimidos e indefensos" - dijo la Dra. Valeria Fiorenza Perris, psicoterapeuta y Directora Clínica de Unobravo - "Estas sensaciones negativas, que parecen no querer nunca darnos paz, son los ingredientes de ese cóctel nocivo y peligroso que lleva el nombre de mental" .

Cómo deshacerse de la carga mental

Una carga mental excesiva, esto es claro, corre el riesgo de tener graves repercusiones en nuestra salud física y mental. Y estos, en realidad, ya se han manifestado en gran parte de la población femenina italiana. De acuerdo con los datos publicados por Unobravo, de hecho, la ansiedad y la depresión son dos veces más comunes en las mujeres que en los hombres. Y esta es una cifra alarmante que no se puede subestimar.

Sin embargo, reconocer la carga mental puede ayudarnos a deshacernos de ella y encontrar un equilibrio que nos permita tener una vida pacífica y plena en todos los sentidos. “El primer paso para liberarse de este tipo de ansiedad es reconocerla” - explica la psicoterapeuta Perris - “Por eso es importante escuchar siempre tus emociones y no descuidarlas”. Entre las señales de alarma que no deben pasarse por alto, se encuentran aquellos sentimientos de culpa vinculados a la errónea conciencia de no haber hecho lo suficiente" .

Estos, pues, van acompañados de signos físicos que no deben subestimarse, como cansancio, insomnio o cambios de humor. Reconocerlos, por tanto, es el primer paso para trabajar sobre nosotros mismos, para encontrar un nuevo equilibrio diario encaminado a recuperar la serenidad y el bienestar, incluso con la ayuda de una pareja y de expertos.

El tiempo libre ya no puede ser una opción. Según el Dr. Perris, en efecto, es necesario dedicar tiempo a uno mismo y a la propia realización, sin renunciar a la carrera, los intereses o las aspiraciones personales.

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