La historia de Martina y Erika nos enseña que el amor es universal y políglota, no conoce límites porque lo que importa es el corazón. Este sentimiento, inmenso e infinito, se encuentra en todas partes y es un derecho y un deber vivirlo como uno cree mejor.

Los dos protagonistas de esta historia son conscientes de esto y durante dos años y cinco meses han estado viviendo su historia de amor compartiendo con los que les rodean los pasos de este viaje en dos.

Martina, de 24 años, publicó hace unas semanas una foto en sus redes sociales para celebrar su historia de amor con Erika. Este intercambio, nacido espontáneamente de los sentimientos que las niñas sienten recíprocamente, ha desencadenado una serie de comentarios negativos e insultos de personas homofóbicas.

Sin embargo, su reacción fue sorprendente, ya que las dos chicas decidieron crear un perfil en Instagram llamado perlas homofóbicas para mostrar que el amor gana sobre todo.

Este perfil, que en pocos días ha obtenido el consentimiento de muchos usuarios de la web, comparte a su vez todos los comentarios homofóbicos y negativos dirigidos a las niñas y a quienes viven el amor verdadero a la luz del sol sin prejuicios, como es correcto. eso es.

Martina y Erika no se rindieron a la maldad de las personas que gobernaban su relación, como si el amor tuviera reglas que seguir o los dictados impuestos por la sociedad.

Esto es bien sabido por las dos jóvenes y de alguna manera han decidido transformar de lo que han sido víctimas en una especie de batalla común, para demostrar que nadie debería tener miedo de mostrar sus sentimientos al mundo.

Y el consenso de todas las personas que en pocos días a través de comentarios y respuestas interactuaron con las niñas a través de las redes sociales, mostró cómo esas personas homofónicas representan solo una minoría.

La elección de Erika y Martina de crear un perfil para compartir esos insultos es una forma de no rendirse a todas aquellas personas que evidentemente, asustadas por lo que no saben, se esconden detrás de un teclado para expresar oraciones.

Pero el amor, el verdadero amor, no puede ser sentenciado, ni juzgado, sino que solo vive a la luz del sol, como lo hicieron las dos jóvenes y como lo hacen las personas en todo el mundo todos los días.

Martina y Erika comparten su amor - Fuente Instagram

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