Las reglas para dormir: consejos y prohibiciones
Dormir es bueno, no solo en nuestro estado de ánimo, sino también en nuestra piel. Los efectos del insomnio, de hecho, pueden ser devastadores y causar arrugas, la opacidad y oscuros círculos.
Cuando se altera el sueño, nuestro cuerpo produce muchos menos antioxidantes y cuanto más disminuyen las horas de descanso, más se debilita la capacidad de las células para regenerarse. El resultado? Las arrugas se acentúan y al despertar los signos de la edad aparecen visibles en la cara. Incluso la tez se vuelve más opaca, acentuada por ojos rojos y ligeramente claros. En resumen, es inútil evitarlo: el insomnio nos vuelve feos. El motivo? Numerosos estudios científicos han revelado que la salud de la piel está estrechamente relacionada con la calidad del sueño.
Esto se debe a que durante el descanso nocturno la epidermis tiene tiempo para regenerarse, realizando una acción reparadora que alcanza su punto máximo entre las 3 y las 4 de la mañana . Por la noche, se activan mecanismos biológicos en la piel que son muy diferentes de los que ocurren durante el día. Mientras trabajamos, hacemos las compras, llevamos a los niños a la escuela y preparamos la cena, nuestra piel está sometida a un estrés continuo, que causa deshidratación, dilatación capilar y menos producción de sebo.
Cuando cae la oscuridad y, al final de un largo día, ponemos nuestras cabezas sobre la almohada, el cuerpo trabaja para nosotros, produciendo melatonina. La hormona del sueño actúa en todo el cuerpo y, en particular, en la piel, combatiendo la acción de los radicales libres y favoreciendo la hidratación de la epidermis. Dormir se convierte así en un tratamiento de belleza gratuito contra la edad y podemos darnos cuando queramos, mejor si todas las noches.
¿Qué hacer para tener una piel radiante y hermosa? Primero, descanse al menos 7 horas por noche, con una temperatura entre 18 y 20 grados y elija los productos correctos para aplicar antes de acostarse. Los mejores son aquellos ricos en ácido hialurónico, retinol, vitamina E y C, capaces de mejorar la acción de reparación de la epidermis.